¿POR QUÉ SE DESPLOMÓ LA URSS?


Antes de la instauración de la Unión Soviética, el antiguo Imperio Ruso era un régimen autocrático bajo el reinado zarista. En el siglo XIX mientras una parte de Europa vivía la Revolución Industrial, el zar Alejandro II promulgaba la abolición de la servidumbre, la economía e instituciones rusas eran arcaicas y en muchos lugares las técnicas agrícolas se mantenían a niveles del siglo XVII. No fue hasta finales del siglo XIX cuando la industria rusa comenzó su desarrollo.



Pese a ello, tras la derrota rusa ante Japón, en 1905 tuvo lugar la primera intentona revolucionaria, pero las protestas y huelgas fueron duramente reprimidas por el Zar. Tras tres años de I Guerra Mundial, la situación para campesinos, obreros y soldados era crítica, produciéndose la denominada Revolución de Febrero de 1917, que derrocó al régimen zarista e instauró una democracia burguesa. Pero pronto la lentitud del Gobierno Provisional Ruso y su negativa a finalizar la guerra provocaría la alineación de la población con los soviets revolucionarios. ​En octubre de 1917, en la llamada Revolución de Octubre, los bolcheviques se adueñaron unilateralmente del poder.


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La economía de la Unión Soviética se basaba en la propiedad estatal de los medios de producción. El Estado, determinaba una planificación y control global de la economía soviética de forma centralizada con el objetivo de satisfacer las necesidades básicas de la población. El máximo órgano planificador era el Comité Estatal de Planificación, conocido como Gosplán. 




En sus primeros años, las consecuencias de la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Rusa obligaron al nuevo país a adoptar un nuevo tipo de economía, el llamado comunismo de guerra; tras el final de la guerra civil el gobierno de Lenin impuso la Nueva Política Económica (NEP) que combinaba elementos socialistas y capitalistas, pero que no fue capaz de impulsar y restablecer la economía, por lo que desde 1928 con Iósif Stalin se impusieron los Planes Quinquenales.



Cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, los líderes de las "tres grandes" potencias aliadas (Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña) se reunieron para acordar las condiciones que pondrían fin al conflicto más sangriento de la Humanidad. Las conversaciones debían forjar una paz duradera, pero en 18 meses comenzó la famosa Guerra Fría, una peligrosa lucha por la supremacía entre dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS.



¿Cómo empezó?

La URSS había soportado el mayor número de bajas militares y civiles de la guerra. Stalin no estaba satisfecho con la división de Europa en la posguerra, que consideraba que no reflejaba de forma justa la contribución de su nación. Por otro lado, en Estados Unidos, el diplomático George Kennan advirtió que la URSS era ilógica e insegura y que no cooperaría con Occidente a largo plazo. En respuesta, Washington comenzó a aplicar una política de "contención" para evitar la propagación de la ideología y la influencia soviéticas.


Para demostrar un frente unido, Estados Unidos y sus aliados formaron una alianza de defensa mutua conocida como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La URSS respondió creando su propia alianza defensiva, el Pacto de Varsovia, reforzando la barrera ideológica y militar entre Europa Oriental y Occidental.




Aunque las dos naciones estaban técnicamente en paz, el periodo se caracterizó por una agresiva y costosa carrera armamentística; por sangrientas guerras por libradas en América Latina, África y Asia; y por la competencia por el dominio del mundo entre los gobiernos capitalistas liderados por Estados Unidos y el bloque comunista liderado por la Unión Soviética.


Tras esta extensa pero necesaria presentación, llega el hilo central de mi artículo, la caída de la URSS. 



Tras más de 4 décadas luchando por ver quién dominaba el mundo, el sistema soviético llegó al borde del colapso por varias razones. Entre ellas, destacamos el autoritarismo, la centralización y la burocratización, que posteriormente provocaron las independencias de sus estados miembros.




Aunque en sus orígenes la URSS tratara de funcionar como un sistema democrático, terminó escogiendo el camino del autoritarismo. La razón era que en la práctica, todas las decisiones estaban en manos del Partido Comunista. Con Stalin, el Estado comenzó a controlar cada aspecto de la vida política, económica y social. Aquellos que se oponían a sus medidas eran arrestados y enviados a campos de trabajo, o ejecutados.


Este autoritarismo y centralización del que estamos hablando ocasionó una fortísima burocratización, que se extendía a todos los aspectos de la vida cotidiana. Se requerían documentos, sellos, procedimientos de identificación y notas para todo, lo que acabó originando un Estado sumamente ineficiente. Durante mucho tiempo lograron salir del paso, hasta que en las últimas décadas todo se convirtió en un gran embrollo.




A esto se le sumaron las políticas de Gorbachov, quien lanzó un innovador programa de reformas, pues había heredado una economía en problemas y una estructura política ineficiente e insostenible. Gorbachov permitió a individuos y cooperativas ser propietarios de negocios por primera vez desde los años 20. Además promovió las inversiones extranjeras en las empresas soviéticas, concedió a los trabajadores el derecho a huelga, liberó a presos políticos, a los periódicos se les permitió publicar artículos críticos hacia el gobierno y se instauraron elecciones legislativas. 


Sin embargo, las reformas para introducir la economía de mercado tardaron demasiado en dar frutos. Hubo aumentos de precios, racionamiento y filas interminables para conseguir productos que escaseaban. También tuvo que hacer frente a una fuerte oposición de la línea dura del Partido Comunista.



Gorbachov no solo quería cambiar las políticas internas de la URSS, sino también modificar sus relaciones con el exterior. El último líder soviético tenía claro que el éxito de su economía pasaba por mejorar sus relaciones con el resto del mundo. Así fue como decidió abandonar la batalla armamentística. Estas políticas acabaron con la Guerra Fría y con los gobiernos de los países controlados por la URSS. Las revoluciones e independencias comenzaron en 1989, mismo año en que se derrumbó el Muro de Berlín.



La política no intervencionista de Gorbachov y la crisis económica originaron la independencia en el resto de repúblicas socialistas. Así fue como se terminó de extinguir la que algún día ayudó y derrotó a Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial, la que envió al espacio el primer satélite y al primer hombre o la que asimismo se destacó en los deportes, la danza, el cine, la literatura, el arte y la ciencia.



 

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