¿SERÁ EL AGUA UN BIEN DE LUJO?
Lo que para muchos es hoy un acto casi inconsciente, en algunas décadas será un lujo: abrir el grifo. Según la OMS, diariamente, para tener una hidratación e higiene adecuada, cada persona consume alrededor de 100 litros de agua.
¿Qué pasa si un bien necesario se convierte también de en un bien de lujo? ¿Cómo se puede prevenir el desastre y culés son las consecuencias?
La organización Mundial de la Salud predice que en 20 años cinco mil Millones de personas van a enfrentarse a la escasez de agua. Para intentar prevenir esto primero hay qué saber qué es lo que ocasiona el problema. En primer lugar, la contaminación afecta directamente a la calidad, no sólo del aire, sino también del agua. Los efectos contaminantes hacen que gran parte del agua se convierta en no potable y dificulte su uso para higiene o agricultura.
En relación con este tema, el cambio climático produce las sequías que ya estamos empezando a ver, dejando a las personas sin agua durante tiempo prolongado. Este problema es actualmente más importante y grave de lo que se cree. Ahora, poca gente muere a causa de deshidratación, pero millares mueren a causa del agua contaminada.
En Irak, por ejemplo, debido a las olas de calor, el flujo de agua de ríos se ha reducido a la mitad y la calidad ha empeorado.
Por último, el consumo excesivo de agua que se produce en la industria y a nivel personal es un gran potenciado de la escasez a medio/largo plazo.
Con una vista poco optimista de un futuro, no tan difícil, apocalíptico en el que el agua es un bien de lujo, nos enfrentaríamos a consecuencias desastrosas.
Un ejemplo de qué pasaría es que los gobiernos asumirían el control de este recurso. Esto no es nada nuevo. Sin embargo, el problema llega en los gobiernos corruptos y dictaduras. En Venezuela, comprar leche es casi un lujo. Si en un futuro la escasez llega a ser tal que el gobierno la tiene que racionar el agua, cuando caiga en manos de un gobierno poco legítimo, el desastre se acentuaría a gran escala.
Como se ha comentado con anterioridad, la calidad del agua es casi o igual de problemática que la inexistencia de la misma
Al ser un bien necesario, el agua se convierte automáticamente en un recurso vital para la supervivencia. Esto, naturalmente, lleva a conflictos, sobre todo en aquellos países en busca de equilibrio en los que la asignación de recursos es más que cuestionable. A mayor demanda del agua, mayores los conflictos potenciales.
"Las últimas investigaciones sobre el tema muestran que la violencia relacionada con el agua está aumentado con el tiempo" (Charles Iceland, director global del agua de Recursos Mundiales). Acorde con nuevas investigaciones llevadas a cabo por IA, con un 86% de precisión, predice que hay unos 2000 posibles puntos de conflictos, combinando variables como la corrupción, densidad, cosechas, datos de lluvias....
Unos de los grandes perjudicados de la sequía y de la escasez del agua son los campesinos y el sector agrícola en general. Sobre todo en los países africanos, en los que este sector es mayoritario, según los datos del Banco Mundial. También en India, el crecimiento de la población y la importancia del sector agrícola, hacen que el agua sea más que necesaria. El origen de gran parte de su suministro de agua se originan en ríos de parte tibetana. Por ello, se han librado varias escaramuzas entre China e India acerca del reparto. Informes advierten de que China podría estar construyendo estructuras que reducirían el flujo de agua India.
Además, el hecho de que la agricultura suponga alrededor del 70% del uso de agua dulce del planeta hace que este sector sea el que más conflictos origina.
Una de las posibles soluciones es el comparto de agua: Esto es algo que ya se hizo en "El Tratado de las aguas" de 1960 entre India y Pakistan. En Lesoto, Sudáfrica, Botsuana y Namibia, tras una alerta de sequía, la cooperación aumentó. En este caso, este racionamiento compartido fue suficiente para aliviar la falta de agua.
Sin embargo, muchos expertos apuntan a que unas de las estrategias más eficientes son la desalinización del agua y el tratamiento de aguas residuales. Un ejemplo de esto es Egipto, que ha planteado y negociado construir 47 plantas de desalinización
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